Crítica en 200 palabras (o casi): La hora bruja (1985)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD (origen TV).
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
La hora bruja (Jaime de Armiñan, 1985): La Victoria Abril de los años ochenta era capaz de embrujar con una mirada a cualquiera. Aquí emplea sus artes de hechicera para seducir tanto a un hombre como a su mujer, con un objetivo que no tiene por qué ser diabólico pese a las apariencias. Estamos en el terreno del cine fantástico, pero de forma muy matizada. Por una Galicia rural, lluviosa y desapacible va de gira en su propio autobús un matrimonio que ofrece a los aldeanos películas viejas y un espectáculo de adivinación de escaso éxito. Son dos almas libres que escaparon de las ataduras sociales y familiares –ella le quitó el novio a su hermana–, pero no son inmunes a las crisis de pareja. La relación está bastante tensa cuando recogen a la joven “bruja” que interpreta Abril, tensando aún más la relación con sus provocativas, a la vez que entrañables, maneras de comportarse con sus anfitriones, interpretados magistralmente por Francisco Rabal y Concha Velasco. El triángulo afectuoso que se establece finalmente entre ellos es de los más singulares vistos en el cine, desconcertando al espectador inicialmente, pero consiguiendo crear un ambiente mágico muy alejado de los convenciones habituales del género brujeril.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).