Crítica en 200 palabras (o casi): La zíngara y los monstruos
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
La zíngara y los monstruos (House of Frankenstein) (Erle C. Kenton, 1944): Al final de Frankenstein y el hombre lobo (Roy William Neill, 1943), tanto el monstruo como el licántropo quedaban sepultados bajo las aguas de una presa en el ruinoso castillo del doctor que creó al primero. Pero una vez más, ambos resucitan en esta enésima secuela gracias a otro doctor loquísimo que desea continuar los experimentos y que, irónicamente, está interpretado por Boris Karloff, que pasa así de criatura a creador para demostrar que era un actor más que notable. Su magnetismo personal eleva una película que a pesar de ser argumentalmente muy disparatada es bastante más sugerente que otras del mismo ciclo de la Universal. A los padecimientos de Lon Chaney Jr. como hombre lobo se une los de un jorobado enamorado de una gitana en clara referencia a la obra de Victor Hugo, y también, en una primera parte narrativamente autoconclusiva, a la desesperación de un conde Drácula desubicado y elegantemente interpretado por John Carradine. En definitiva, una autentico festín del horror, una verdadera apoteosis, que vino a ser el canto de cisne de la productora en este género y que hoy todavía se puede disfrutar como un divertimento con no pocos atractivos estéticos.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).