Una película para los católicos: Un Dios prohibido
La taquilla del fin de semana del 14 al 16 de junio fue catastrófica. La recaudación de todas las películas en cartelera no llegó ni a los dos millones y medio de euros, la cifra más baja que se recuerda. No queremos dar argumentos a los que odian al cine español, pero lo cierto es que ese viernes se estrenaron nada y más y nada menos que siete películas españolas. Tal acumulación de estrenos patrios se debió al intento de aprovechar una de las pocas fechas que las multinacionales dejaron libres, pues sólo competían con la inglesa Trance (Danny Boyle, 2013) y la norteamericana Un invierno en la playa (Josh Boone, 2012), estrenos menores sin comparación con los blocksbuster que se avecinan este verano. Leer más…