Crítica en 200 palabras (o casi): Las arañas, parte II: El barco de los diamantes (1920)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Las arañas, parte 2: El barco de los diamantes (Die Spinnen, 2. Teil – Das Brillantenschiff) (Fritz Lang, 1920): El trágico final de la primera parte ya preludiaba esta segunda. Nuestro protagonista, Kay Hoog, ha de enfrentarse de nuevo a la malvada Lio Sha y su banda, esta vez para conseguir un diamante con el rostro de Buda cuya posesión podría liberar del yugo occidental a toda Asia. El disparatado argumento tampoco importa demasiado, pero el problema es que las aventuras son algo menos exóticas y dinámicas, aunque no esté exento de originalidad el Chinatown subterráneo lleno de pasadizos y trampas que se nos descubre bajo la ciudad de Nueva York. La acción llega a ser demasiado estática, sustentada en demasiadas explicaciones y con un montaje menos efectivo que en la primera parte. La acción nos lleva también a Londres y a las Malvinas –aunque todo esté rodado en los estudios alemanes–, pero la sensación en algunos momentos acaba siendo de aburrimiento, huérfanos de una historia y unos personajes verdaderamente interesantes. Solo cabe admirar el aprovechamiento de los escenarios, con sus juegos de paredes móviles y sus claroscuros lumínicos. La serie se abandonó aquí y no se rodaron los otros dos episodios previstos, quedando como un claro precedente de otra serie más conseguida, la del Dr. Mabuse.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)