Crítica en 200 palabras (o casi): Las huellas de Dylan (2006)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Las huellas de Dylan (Fernando Merinero, 2006): También en el terreno documental Merinero nos demuestra que es merecedor de jugar en la liga de los peores directores de la historia. Es difícil explicar que no consiga aportar nada valioso al conocimiento de Bob Dylan, por mucho que este haya sido siempre muy celoso de su intimidad. Armado de una cámara de vídeo, sigue los pasos del artista durante una gira por España y aborda sin mucho criterio a cualquier seguidor que quiera decir dos o tres lugares comunes. Quizás es que de la idolatría de sus fans no se pueda extraer nada valioso, solo constatar esa idolatría exacerbada. Pero Merinero también consigue liar a muchos famosos para que digan algo, y tampoco de ahí extrae gran cosa, alguna que otra anécdota como mucho. Si a todo esto le añadimos un pésimo sonido directo, una imagen de vídeo casero y un montaje desconcertante con inesperados encadenados, solo queda de aprovechable escuchar las canciones del propio Dylan. Uno, viendo la precariedad de esta producción, se imagina que no se pagaron los derechos de las canciones. Ese sería un gesto de libertad apreciable en un director tan atrevido, capaz incluso de desviar su cámara sin pudor hacia un escote femenino.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)