Crítica en 200 palabras (o casi): Pequeñas mentiras sin importancia (2010)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Pequeñas mentiras sin importancia (Les petits mouchoirs) (Guillaume Canet, 2010): Los recuerdos son siempre poco fiables, pero este caso es preocupante porque esta película me gustó mucho cuando se estrenó. ¿Dónde están las emociones que me provocó? ¿Por qué ahora sus personajes me parecen tan poco interesantes? ¿Ha cambiado uno tanto? Porque la película es la misma, de eso no hay duda, pero esta reunión de amigos ya no me interesa demasiado, incluso me resulta insoportable por momentos. ¿Será que tienen vida propia sus personajes a pesar de sus autores y sus espectadores? El caso es que tenemos a varias parejas que se van de vacaciones al chalet de uno de ellos, que es un histérico vanidoso, y lo hacen mientras uno de sus mejores amigos convalece en el hospital por un grave accidente de tráfico. Intentan divertirse a pesar de sus insatisfacciones, de las pequeñas mentiras necesarias para vivir, pero no parece que lo logren. Lo peor es que a nosotros nos parecen impostadas todas las situaciones, como preparadas para darnos lecciones de vida y, de paso, emocionarnos un poco. El resultado es más bien el contrario, la apatía, aunque también es cierto que sus dos horas y media no llegan a ser aburridas, solo insustanciales.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)