Crítica en 200 palabras (o casi): La otra cara del crimen (2000)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
La otra cara del crimen (The Yards) (James Gray, 2000): En esta su segunda película, James Gray retomó algunos temas de su debut, Cuestión de sangre (1994), para ser mejor destilados. La familia y el mundo criminal se interrelacionan de un modo muy íntimo, con los hombres en primer término luchando por sus parcelas de poder y las mujeres padeciendo sus consecuencias –la madre, de nuevo, sufre por el destino de su hijo– o alentándolos. La lealtad es el valor más importante para estos mafiosos que se reparten los contratos municipales de transportes, pero en esta ocasión el protagonista se convierte en un adalid de valores que están por encima de la ley del silencio. El sobrio realismo de la puesta en escena se ajusta perfectamente a una estética y a unas interpretaciones que, como será habitual en su posterior carrera, siempre se inspiran en el cine norteamericano de los años setenta, y más en concreto en la saga de El padrino. Hay planos directamente copiados de estas películas, pero son tan convincentes y bellos que no nos importa. La presencia de James Caan como jefe de una de las familias incide todavía más en esa impresión. En cualquier caso, es la mejor película más redonda de su autor.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)