Crítica en 200 palabras (o casi): La romana (1954)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
La romana (La belle romaine) (Luigi Zampa, 1954): Como en su magistral Años difíciles (1948), Zampa volvió a transportar a los espectadores a italianos a una época reciente e incómoda para ellos, la del régimen fascista, para describir el ambiente de degradación moral que sufrió aquella sociedad. En este caso, basándose en una novela de Alberto Moravia, el protagonismo absoluto recae en una mujer cuyo único patrimonio es su belleza, y por la cual es deseada por todo hombre sin importar su condición social e ideas políticas. Una Gina Lollobrigida esplendorosa trabaja como modelo de desnudos para un pintor bajo la estricta vigilancia de su madre. Pero es inevitable que un día ceda a los requerimientos de su novio y, tras esa decepción amorosa, acabe asumiendo que con su cuerpo puede conseguir muchas cosas. Nunca deja de ser una buena chica, incluso se confiesa en la iglesia y colabora con la Resistencia al enamorarse de uno de sus miembros, pero no se trata de condenar o glorificar al personaje, sino de comprender sus vaivenes vitales. Aunque se pueda considerar que algunos personajes son arquetipos al servicio del discurso moral, Zampa eleva el material con su impecable y naturalista puesta en escena, y su habitual eficacia narrativa.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)