Crítica en 200 palabras (o casi): La huida (1956)
Lugar de proyección: Sala 1 del Cine Doré (Filmoteca Española).
Formato de proyección: 35mm.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
La huida (Antonio Isasi Isasmendi, 1956): Dos niños pierden a su madre y deben viajar a Roma para reunirse con su atareado padre y su antipática madrastra. Estos últimos son dos personajes sin desarrollar que solo sirven de desencadenante narrativo para la huida que nos anuncia el título, porque, sintiéndose desatendidos, los niños deciden volver a España por sus propios medios. Las aventuras que corren pretenden ser divertidas y edificantes –van sobradas de moralina católica e incluso aparece el Papa Pío XII–, pero se quedan en tontorronas y ridículas, aunque quizás el público infantil las disfrutara. Seguramente sea la obra más desafortunada de un Isasmendi que todavía está comenzando su carrera, pero en la que ya se apunta su ambición internacionalista como productor llevando la acción a Italia y Francia, además de a Madrid. Eso sí, todo el mundo habla un español impecable en todas partes, sin importar nacionalidad ni condición social, debido a una convención cinematográfica de aquellos años afortunadamente ya superada. Para un adulto solo merece la pena, como tantas otras obras del pasado, por sus imágenes de costumbres sociales y escenarios naturales hoy muy transformados o desaparecidos, como esa Roma preturística en la que todavía se podía entrar libremente en el Coliseo.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)