Crítica en 200 palabras (o casi): Belfast (2021)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Belfast (Kenneth Branagh, 2021): Algo falla cuando en una película realista se nota el artificio escenográfico desde el inicio. Esta Belfast que vemos en color durante los créditos da paso a otra en blanco y negro que se corresponde con los recuerdos del director, pero que parece sorprendentemente irreal, de cartón-piedra y poblada por extras que se mueven mecánicamente. Una vez superado este gran escollo, se puede uno llegar a interesar por las dificultades de una familia protestante que quiere vivir en paz con otras católicas a pesar de los conflictos sectarios de la época, y cuyas dificultades económicas les obligarán a emigrar a Inglaterra. Incluso quizás emocione a algunos espectadores por tomar la perspectiva del hijo menor, el propio Kenneth Branagh, porque todo está teñido de una beatífica comprensión hacia los demás personajes –incluso la violencia terrorista no parece demasiado grave–, pero eso mismo le da un aire de falsedad que echa por tierra todos sus buenos propósitos. Es una película amable, que se ve con cierto agrado, pero no profundamente emocionante. El estilo y la técnica cinematográfica parecen haber sepultado lo que de sinceridad autobiográfica tenía el proyecto de un director que hace mucho tiempo que dio sus mejores obras.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)
Eso es. Aprendiendo de los maestros. Sin buenos extras no hay buen cine.