Crítica en 200 palabras (o casi): Titane (2021)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Titane (Julia Ducournau, 2021): A estas alturas está uno curado de espanto. Que una chica se quede embarazada de un coche no debería sorprendernos, seguro que no es una posibilidad tan remota, aunque seguramente tendrá ya que ser con uno eléctrico. Partiendo de una premisa que nos recuerda inevitablemente a David Cronenberg, la nueva enfant terrible del cine francés nos ofrece un delirio narrativo bastante sórdido que cae en el mismo error de su primera y anterior película, Crudo (2016): su incapacidad para definir los personajes en un contexto bien determinado. Vale, quizás sea deliberado, pero a uno le da cierta sensación de arbitrariedad, de que los personajes actúan por impulsos caprichosos de la guionista más que por una lógica interna. Sin duda tiene fuerza expresiva su puesta en escena, pero de ningún modo se puede pensar que sea original ni tampoco verdaderamente trasgresora, sino que todo responde a un cálculo perfecto para epatar a los melindrosos con un producto de apariencia artística. La emoción, mientras tanto, no aparece más que en algún plano del gran Vincent Lindon interpretando a un hombre desesperado por recuperar a un hijo desaparecido. El resto nos deja tan fríos como si acariciáramos el capó de un modesto utilitario.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)