Crítica en 200 palabras (o casi): Mantícora (2022)
Lugar de proyección: Sala 9 del Yelmo Cines Ideal.
Formato de proyección: DCP.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
Mantícora (Carlos Vermut, 2022): Si hace cuatro años observábamos un amaneramiento algo tedioso en el cine de Carlos Vermut a raíz de Quién te cantará (2018), ahora da un salto hacia el naturalismo sin perder las singulares virtudes narrativas y atmosféricas que encontrábamos en Diamond Flash (2011) y Magical Girl (2014). Es decir, depura el estilo desprendiéndose de algunos efectismos que tan sabiamente usó en sus dos primera películas y nos demuestra que también en un terreno más comedido y natural consigue hipnotizarnos visual y narrativamente. Solo se rompe esa ilusión cuando los diálogos cobran demasiada presencia en un par de ocasiones, revelándose artificiosos, pero afortunadamente es una película más de frases escuetas, silencios y miradas, con un ritmo pausado que sabe generar incómodos suspenses. Tampoco ha cambiado el gusto por los temas morbosos, pues está protagonizada por un pedófilo reprimido, pero siempre sin buscar un morbo gratuito, precisamente, sino intentando comprender al protagonista en sus circunstancias, sin juzgarlo, simplemente comprendiéndolo como un ser que sufre y no tiene quién le ayude. Nacho Sánchez lo encarna de la manera más humana posible ayudado por unos ojos nacidos para el cine. Le da la réplica perfectamente un nuevo talento: Zoe Stein.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)
Cinema Nostrum 
Zoe no le da la réplica perfectamente. Lo hace mal, muy mal. La escena del museo, la de Lavapiés… La muchacha parece salida de un mal corto de aficionados, mientras que Nacho está prodigioso.
Los primeros 100 minutos de la película, antes del desastre, son buenos, aunque todos sabemos que Sánchez no derriba esa puerta ni en tres vidas.