Crítica en 200 palabras (o casi): Los condenados de Altona (1962)
Lugar de proyección: Sala 1 del Cine Doré (Filmoteca Española).
Formato de proyección: 35mm.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
Los condenados de Altona (I sequestrati di Altona) (Vittorio De Sica, 1962): Las heridas morales de la Segunda Guerra Mundial, en concreto el sentimiento de culpa de una parte de la sociedad alemana frente a la ausencia de escrúpulos de unos empresarios que bajo cualquier tipo de gobierno saben medrar, es un tema difícil abordado por De Sica de la manera más convincente a pesar del evidente origen teatral de sus diálogos. La puesta en imágenes de la obra de Jean-Paul Sartre tiene una fuerza visual innegable, sabiendo sacar partido de los primeros planos de sus excelentes actores casi a la manera de un Bergman, haciéndonos partícipes de las angustias existenciales de los personajes: un industrial muy poderoso al que le quedan pocos meses de vida y los hijos que deberán heredar su imperio, uno de ellos encerrado hace quince años en el desván de la casa sin querer ver la nueva realidad de Alemania. La llegada de la mujer de uno de los hijos rompe ese enclaustramiento y provoca la revelación de los incómodos secretos de una familia que simboliza a todo un país. Está un poco desfasada como obra de tesis cuyo mundo autónomo y moral difícilmente se compadece con la compleja realidad, pero mantiene su intensidad como obra cinematográfica.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)