Crítica en 200 palabras (o casi): Un hombre va por el camino
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD (origen VHS).
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
Un hombre va por el camino (Manuel Mur Oti, 1949): Un hombre va por un camino, despreocupado, sin obligaciones, hasta que llega a una casa habitada por una joven viuda y su hija. Necesitan su ayuda para arar los campos, pero él no quiere atarse a una vida de duro trabajo, prefiere seguir siendo libre como vagabundo. Ni siquiera la atracción que siente por la mujer evita que vuelva al camino. Pero eso solo es el comienzo de una película singular protagonizada por un hombre con una filosofía de vida a contracorriente de lo socialmente correcto. Y aunque sus razones, explicadas al final de la película, desbaratan el discurso libertario del guion –la censura no permitía mayores alegrías–, sirven mientras tanto para desarrollar una matizada historia de pasiones ocultas, donde un simple cambio de peinado puede expresar mejor que nada los deseos de una mujer enclaustrada en una casa solitaria y, pese a ello, vigilada por una sociedad demasiado beata. Lo singular también es que con esos mimbres sea una película tan amable, donde los buenos sentimientos vencen finalmente toda dificultad sin forzar demasiado la historia. Mur Oti ya demuestra en su primera película su gusto estético –aprovecha al máximo los paisajes naturales– y su gran agilidad narrativa.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)
Cinema Nostrum 