Crítica en 200 palabras (o casi): La muñeca (1919)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
La muñeca (Die Puppe) (Ernst Lubitsch, 1919): Un joven no desea casarse, pero su tío le ofrece una gran cantidad de dinero para que lo haga. En vez elegir a una de las muchas mujeres que lo persiguen por la ciudad –situación que retomará y engrandecerá Buster Keaton en Las siete ocasiones (1925)– se compra una muñeca mecánica para engañarlo. Pero será una mujer de carne y hueso la que sustituya a su vez a la muñeca, sustentándose en ese gran equívoco gran parte de la comicidad de esta temprana película del maestro Lubitsch. Él mismo establece los parámetros de la ficción viéndole en persona colocar la maqueta del primer decorado de la película y a sus dos primeros personajes, tal como si fueran simples muñecos. Es decir, se establece cierto distanciamiento escénico para remarcar el carácter de fantasía burlesca en la que no importa la verosimilitud, como sucede en los cuentos de Hoffman. Los movimientos de los personajes por un escenario que no oculta su carácter artificial así lo confirman, mientras que las situaciones pueden considerarse bastante infantiles en el buen sentido. Claro que siendo Lubitsch, no falta tampoco los sobreentendidos picantes relativos a la rigidez de costumbres –y de las articulaciones– en las relaciones maritales.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces).