Crítica en 200 palabras (o casi): Un buen día lo tiene cualquiera
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Un buen día lo tiene cualquiera (Santiago Lorenzo, 2007): Después del desastre artístico y comercial de Mamá es boba (1997), Santiago Lorenzo tuvo diez años después una segunda oportunidad de demostrar que su extraño sentido de la comedia podía desplegarse de una forma más presentable y asequible para los espectadores. Arropado esta vez por un equipo completamente profesional, la diferencia salta a la vista en cuanto al acabado técnico aunque no sea tampoco un ejemplo de virtuosismo. Parece ser que el director ha renegado de esta película debido a sus desavenencias con unos productores que suponemos pretendieron que no se repitieran las incongruencias y los excesos de su ópera prima. Aun así, estos productores podrían haber sido más duros y eliminar algunas secuencias francamente vergonzosas como la del examen de oposición. Con todo, las peripecias de un joven desempleado sin hogar que debe vivir con un viejo loco –estupendamente interpretado por Juan Antonio Quintana– se ven con agrado, sabiendo desde el inicio que no se puede esperar mucho más que alguna escena aislada de mérito gracias a los actores, como en tantas otras comedias de nuestro cine. El director abandonó las películas muy acertadamente, pues recientemente ha conseguido triunfar en el mundo de la literatura con su mismo humor.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).