Crítica en 200 palabras (o casi): Mamá es boba (1997)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Mamá es boba (Santiago Lorenzo, 1997): Películas malas hay muchas, demasiadas, pero algunas son tan desastrosas que no entiende uno cómo es posible que se hayan realizado, que nadie viera el disparate en el que se estaban enfrascando. He aquí una película de esas. En ella es difícil encontrar un ápice de talento ni en el guion –a juzgar por lo poco que llegamos a entender de sus ininteligibles diálogos debido a su defectuoso sonido– ni en la dirección, siendo su realizador incapaz de colocar la cámara en posiciones mínimamente coherentes con lo que se narra o con un mínimo de gusto estético. Por increíble que parezca, existen partidarios de esta película de culto minoritario, quizás por su extraño sentido de la comedia, su amargura a la hora de contar la frustración de un niño maltratado por sus compañeros y que sufre por lo ridículos que son sus padres, especialmente su madre, contratada en una televisión local para dar las noticias a pesar de su ineptitud. Que fuera producida por gente sin experiencia, como si fuera un corto de escuela, no la exime de su responsabilidad frente al espectador. Es un ejemplo más de que la libertad creativa no es garantía de nada.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).