Cinema Nostrum

Blog de Rafael Nieto Jiménez, historiador del cine y empresario audiovisual

Crítica en 200 palabras (o casi): Un romance despiadado (1984)

Romance

Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.

Formato de proyección: DVD.

Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).

Ahí va la crítica:

Un romance despiadado (Zhestokiy romans) (Eldar Ryazanov, 1984): Aleksandr Ostrovski es un clásico de la literatura rusa del XIX profusamente adaptado al cine y la televisión de aquel país, pero ni su teatro ni sus traslaciones audiovisuales se conocen en España. Esta adaptación de Bespridannitsa (La novia sin dote) nos hace lamentar, una vez más, el escaso conocimiento que tenemos de culturas que ni siquiera son demasiado lejanas. Porque nada nos impide comprender el drama de una viuda arruinada que se desvive por casar bien a sus hijas, y menos aún que una de ellas, Larisa, la joven y bella protagonista, se enamore de un vividor poco aconsejable pero más atractivo que todos los moscones que la rodean. Las relaciones sociales que describe la película con gran precisión están siempre mediatizadas por el dinero –también Larisa es vista como un objeto de lujo que es preciso poseer–, pero el deseo desenfrenado de los hombres es incluso peor, conduciendo la narración a terrenos realmente muy crueles. Su perfecto ritmo narrativo, sus convincentes interpretaciones –con Larisa Guzeeva y Nikita Mikhalkov a la cabeza– y su atractiva fotografía hacen olvidar su persistente cámara al hombro, sus ocasionales zooms y que esté rodada en 1:1,37 seguramente pensando en sus pases televisivos.

Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).

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4 pensamientos en “Crítica en 200 palabras (o casi): Un romance despiadado (1984)

  1. Fernando en dijo:

    ¿Qué tiene intrínsecamente de malo el hecho de que una película esté rodada en el formato 1:1,37, para que tengas que ponerlo al mismo (bajísimo) nivel que escalofriantes horrores visuales como la cámara en mano y el zoom?

    Sucede que a mí me gusta MUCHÍSIMO el formato 1:1,37, tan exacto y severo él, sobre todo si se lo aprovecha exhaustivamente, sin vacíos innecesarios, y no está «soft-matted»… que es como se denomina en inglés la práctica -que empezó a aplicarse hacia 1953 y fue extendiéndose cada vez más a partir de entonces, generalizándose en los años 60- de que los encuadres estén compuestos y calculados para que se les pueda amputar más del 20% de la imagen por arriba y por abajo, y así, al ser proyectada la película en cines en formato 1:1,66 o 1:1,85, no se pierda nada del contenido visual esencial.

    El maravilloso formato auténtico 1:1,37, el «puro y duro» y no alterable ventajosamente en la proyección, es el de la casi totalidad del cine mundial hasta 1953, y aun el de una porción apreciable de la producción cinematográfica posterior más rebelde hasta nuestros mismísimos días. En 1:1,37 están filmadas, sin detrimento de su calidad, muchas obras maestras absolutas, como por ejemplo «Un día en Nueva York», «Cantando bajo la lluvia», «La vergüenza», «Nazarín», «Ordet», «La fiera de mi niña», «Sólo los ángeles tienen alas», «Bola de fuego», «Me siento rejuvenecer», «La jungla de asfalto», «La Reina de África», «El cameraman», «Los sobornados», «Ángel», «La octava mujer de Barba Azul», «El bazar de las sorpresas», «Ser o no ser», «El fantasma y la Sra. Muir», «Eva al desnudo», «Operación Cicerón», «Dejad paso al mañana», «Cautivos del mal», «Melodías de Broadway 1955», «El abanico de Lady Windermere» (versión Otto Preminger), «Capricho imperial» o «El cuarto mandamiento». Así, pues, no debe de ser tan nefando y funesto.

    El único formato preferible a 1:1,37 es, en mi curtida opinión, el 1:2,35 del CinemaScope a partir de 1955 y de la Panavisión, tan desaforado y romántico él, suponiendo, claro está, que caiga en buenas manos. Todos los demás formatos son feos, estúpidos y sacados de la manga; en definitiva, no son «ni chicha ni limoná», pues presentan todos los inconvenientes de los dos anteriores y ninguna de sus ventajas. Deberían estar prohibidos bajo pena de muerte. He dicho.

    • ¿Cómo voy a estar en contra del formato 1:1,37 ni de ningún otro? Eso es absurdo. No hay nada intrínsecamente malo en ninguno de ellos ni en los que se puedan inventar en el futuro. Lo malo es que no se ajuste a la propuesta estética de la película y parezca una imposición comercial, que es lo que me pareció en este caso. Quizás fuera lo común en el cine ruso de la época, lo ignoro, pero a mí me pedía el cuerpo una cámara más estática y una imagen más panorámica. Lo cual no me impidió disfrutarla plenamente una vez asumidas a los pocos minutos esas condiciones.

  2. Fernando en dijo:

    Pues bien, si eso es lo que realmente querías decir, haberlo dicho realmente.

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