Crítica en 200 palabras (o casi): La Pimpinela Escarlata (1934)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
La Pimpinela Escarlata (The Scarlet Pimpernel) (Harold Young, 1934): De las muchas adaptaciones que ha tenido la novela de la baronesa Emma Orczy, esta debe de ser la más importante en cuanto a medios de producción y a la notoriedad de sus intérpretes: Leslie Howard, Merle Oberon y Raymond Massey. No queremos imaginarnos como serán las demás, pues a pesar de estos elementos dista mucho de ser la película de aventuras dinámica e ingeniosa que uno esperaría de su argumento. La Pimpinela Escarlata es la identidad bajo la que se oculta un aristócrata inglés que dedica su tiempo libre a rescatar a otros aristócratas –todos honorables, por supuesto– de la guillotina durante el periodo de El Terror en la Revolución Francesa, y ni siquiera su mujer conoce sus aventuras porque disimula su heroísmo bajo la imagen de un frívolo petimetre. Entre idas y venidas se suceden unas peripecias bastante infantiles, con villanos de opereta que se dejan engañar de forma bastante humillante y unos héroes que consiguen sus objetivos de la forma más inverosímil. Rodada con muy poco sentido del ritmo y sin la música necesaria para dinamizar sus escasas escenas de acción, es una película demasiado acartonada para un espectador de hoy en día.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).