Crítica en 200 palabras (o casi): El hijo de Drácula (1943)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
El hijo de Drácula (Son of Dracula) (Robert Siodmak, 1943): En el continuo intercambio de roles que es el universo monstruoso de la Universal, esta vez le tocó a Lon Chaney Jr. encarnar al conde Drácula, aunque no sabemos si es el mismo personaje que fue destruido en La hija de Drácula (Lambert Lillyer, 1936) o algún otro pariente con el mismo título. La acción esta vez se traslada al sur de Estados Unidos, donde una atractiva joven hospeda al vampiro con el objetivo de casarse con él –plantando a su actual pretendiente– y lograr la vida eterna ofreciendo su sangre. Es decir, la originalidad de la propuesta estriba en que estamos ante un triángulo amoroso donde Drácula, a pesar de todo su poder, es manipulado por una mujer, verdadera protagonista de la función. Siodmak, autor posteriormente de algunos clásicos del cine negro como Forajidos (1946), demuestra aquí su buen oficio con un material interesante por alejarse un poco del tono habitual de la productora en este género, pero de modestas pretensiones, en cualquier caso. Fracasa intentando que Lon Chaney Jr. transmita algún sentimiento al espectador, mientras que los secundarios de carácter y su protagonista femenina cumplen en sus cometidos. Los efectos de transformación en murciélago tampoco están nada mal.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).