Crítica en 200 palabras (o casi): Yuli (2018)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Yuli (Icíar Bollaín, 2018): Para un espectador que lo desconoce todo del mundo de la danza y, por tanto, no sabe quién es Carlos Acosta, no debería ser un problema una película biográfica como esta, pues su vida nos interesará por igual sea un personaje real o de ficción según la habilidad con la que esté contada. En este caso la narración no está a la altura de las posibilidades del argumento, ya que tenemos a un protagonista con suficientes ingredientes para el drama: es un mulato que pese a ello triunfa en el Royal Ballet de Londres, su éxito le impide vivir en su querida y empobrecida Cuba, su formación se la debe a un padre que se la ha impuesto contra su voluntad, y eso mismo le ha provocado un sentimiento perenne de soledad. Todo es desaprovechado por una realización demasiado fría, siempre correcta pero también siempre sin emoción. La narración es interrumpida por pasajes de danza inspirados en la vida de Acosta, coreografiados y bailados por él mismo, sin que nos aporta nada sustancial, quizás por mi incapacidad para apreciar su arte. En cualquier caso, tampoco ayuda lo ininteligibles que resultan con frecuencia los diálogos recitados por estos actores cubanos.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).