Crítica en 200 palabras (o casi): Bienvenidos a Marwen (2018)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
Bienvenidos a Marwen (Welcome to Marwen) (Robert Zemeckis, 2018): Un solitario adulto que se pasa la vida jugando con muñecos parecidos a los madelman y las barbies, que los fotografía para dejar constancia de sus aventuras bélicas y románticas, satisfaciendo las fantasías heroico-sexuales que la realidad le niega, y que además gusta de ponerse zapatos de mujer, es todo un personaje. Steve Carell lo sabe aprovechar con su capacidad para mostrarse desvalido, indefenso ante el trauma de haber recibido una paliza que le borró la memoria y ser dependiente de las drogas que le suministran los médicos. Zemeckis consigue aunar visualmente los dos mundos, el de unas fantasías que podrían ser el lado oscuro de Toy Story (1995) –su violencia y sexualidad sorprenden por su explicitud– y el de una realidad cotidiana amable gracias a sus vecinos, pero insatisfactoria. Quizás sea algo simple su desarrollo psicológico, especialmente en su resolución, y nos sobre algún discurso dirigido a alertar a la sociedad sobre los delitos de odio –que solo los nazis parecen cometer–, cuando no parece que sea la intención del guion analizar sus orígenes, pero consigue que funcione esta extraña mezcla de entretenimiento banal y película de superación un poco a lo Forrest Gump (1994).
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).