Crítica en 200 palabras (o casi): Clamor de indignación (1947)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Clamor de indignación (Hue & Cry) (Charles Crichton, 1947): En el Londres de posguerra, los chavales juegan entre las ruinas de los edificios. Es una poderosa imagen de la que Crichton se sirve en varias ocasiones para destacar la alegre despreocupación de sus jóvenes protagonistas, ansiosos de aventuras más blancas que las sufridas durante el conflicto. Un muchacho descubre en una novelita por entregas las claves que sirven a una banda de traficantes para organizar sus asaltos. Como nadie le cree, y menos la policía, serán sus amigos, y luego toda la juventud de la ciudad, los que le ayuden a atrapar a la banda. No es, por tanto, la verosimilitud lo que se pretende, sino ofrecer un entretenimiento dirigido al mismo público juvenil que compraría en los quioscos esas novelistas. Está rodada con la suficiente gracia y agilidad como para que el público adulto no huya del cine, pero sin duda es un producto demasiado ingenuo, donde la violencia no tiene apenas consecuencias, y en el que solo podemos destacar su buen uso de los escenarios reales para retratar las heridas de una guerra que, paradójicamente, películas como esta ayudaban a olvidar. Crichton dirigirá en el futuro para la misma Ealing Studios películas más incisivas y divertidas.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).