Crítica en 200 palabras (o casi): El próximo año a la misma hora
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: Blu-ray.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
El próximo año a la misma hora (Same Time, Next Year) (Robert Mulligan, 1978): He aquí una película que, para bien o para mal, se debe calificar ante todo de bonita. Es ese tipo de historia donde los conflictos, incluso los más dramáticos, no enturbian el ánimo del espectador, sino que lo reconfortan porque vienen a demostrar que, pese a todo, la vida es bella gracias al amor. Esta romántico relato de dos adúlteros que se encuentran un solo día cada año comienza con un almibarado videoclip que resume el primer encuentro, para luego desarrollarse durante tres décadas casi exclusivamente en el mismo decorado, una lujosa suite, evidenciando un origen teatral que la plana realización de Mulligan no intenta ni siquiera disimular. Alan Alda y Ellen Burstyn declaman también algo teatralmente unos diálogos a veces divertidos y atrevidos, a veces artificiales y mojigatos, con la pretensión de reflejar de modo bastante simplista los cambios de mentalidad de la sociedad americana. A pesar de esos defectos, uno acaba seducido por la emotividad de una relación que crece en intensidad en cada nuevo encuentro, hasta el punto de lamentar que no podamos asistir a sus próximas citas en la ancianidad. A veces es difícil explicar por qué nos puede gustar una película tan artificial como esta.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).