Crítica en 200 palabras (o casi): El sexto sentido (1929)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
El sexto sentido (Nemesio M. Sobrevila, 1929): Si el cine español de antaño es una fuente constante de sorpresas por su abundante y heteróclita producción de películas, su etapa muda es el no va más. A pesar de su raquítica industria, o quizás por eso mismo ya que cada película era producto de una iniciativa individual desconectada de cualquier cálculo empresarial mínimamente lógico, son bastantes los títulos que, como El sexto sentido, sorprenden por sus atrevidas intenciones. A la altura de 1929 el cine de vanguardia estaba ya suficientemente maduro como para ser parodiado, y eso es lo que se propuso Sobrevila con esta narración metacinematográfica que se atreve a ridiculizar una teoría tan en boga en aquellos años como el Cine-Ojo de Vertov. La capacidad del cine para revelarnos la verdad es puesta en duda mediante un dramático sainete en el que tiene un papel fundamental una grabación cinematográfica de cámara oculta. La diversa interpretación que se da a esas imágenes determina tanto un equívoco que puede destruir una relación amorosa como su posterior y feliz solución final. La puesta en escena parodia otras célebres películas de la época, y, a pesar de cierta torpeza de sus movimientos de cámara, consigue cierta belleza y misterio.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).