Crítica en 200 palabras (o casi): Una muchacha en el escaparate
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
Una muchacha en el escaparate (La ragazza in vetrina, 1961): Basta sólo esta película para comprobar lo injusto que es que Luciano Emmer esté también entre los directores italianos olvidados, tanto por su calidad artística como por su indudable interés sociológico. En esta ocasión sus protagonistas son dos italianos que trabajan en una mina holandesa, profesión retratada en toda su dureza durante sus primeros intensos veinticinco minutos antes de adentrarse en el verdadero motivo de la cinta. Son emigrantes desarraigados, alejados de sus familias y con una vaga esperanza de hacer suficiente dinero para volver a la patria. Los domingos son para divertirse bebiendo y bailando, a ser posible acompañados de alguna de las mujeres que se ofrecen en los famosos escaparates del barrio rojo de Ámsterdam. Son personajes que quieren escapar de sus tristes vidas, igual que las dos prostitutas con las que pasan el día y a las que un matrimonio podría mejorar su posición. Siendo una película tristemente costumbrista, implacable en su descripción de ambientes falsamente alegres, es también un emotivo retrato de personajes perdedores que como mucho podrán encontrar consuelo en la compañía mutua. Y todo ello expresado sin aspavientos estilísticos, simplemente sirviéndose del realismo más depurado, un guión perfectamente estructurado y unos intérpretes completamente creíbles.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)