Crítica en 200 palabras (o casi): La novia de Frankenstein (1935)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
La novia de Frankenstein (Bride of Frankenstein) (James Whale, 1935): Cuatro años después de El doctor Frankenstein (James Whale, 1931), la Universal reunió de nuevo a su director y a sus dos principales intérpretes, Colin Clive y Boris Karloff, para continuar la historia. Para refrescar la memoria de los espectadores, la propia Mary Shelley hace un resumen de aquella película antes de dar paso a las nuevas aventuras de su personaje. Es decir, se explicita la condición de relato solamente inventado para entretenimiento de los espectadores, invitándonos a suspender nuestra incredulidad ante unos hechos cada vez más insólitos. Resulta que Frankenstein sobrevive al incendio del molino donde se creía que había perecido y consigue escapar de la persecución gracias a su extraordinaria fuerza. Mientras, un científico loco de atar que ha conseguido crear seres humanos en miniatura obliga al doctor Frankenstein a construir una novia para el monstruo. Este desmelene argumental tiene su gracia, pero donde es muy superior a su predecesora es en la creciente y tierna humanización del personaje, entablando una amistad con un ciego que le enseña a hablar y fumar, y siendo lamentablemente rechazado por la única mujer destinada a él. Rodada con más medios, también es bastante más dinámica que la primera.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).