Crítica en 200 palabras (o casi): El factor Pilgrim (2000)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: VHS (origen TV).
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
El factor Pilgrim (Alberto Rodríguez y Santi Amodeo, 2000): La primera película de Alberto Rodríguez, aunque en colaboración con Santi Amodeo, es el prototipo de película irregular y fresca que casi es un tópico crítico a la hora de juzgar el debut de los cineastas con muchas ganas y poco dinero. Pero lo cierto es que esa es la sensación que transmite, como si el equipo de rodaje se hubiera ido a rodar a Londres con lo puesto y, cogiendo a seis actores muy espontáneos, hubieran elegido unos escenarios naturales para improvisar una trama de misterio bastante singular: una caja que uno de ellos ha comprado en un rastrillo es codiciada por unos malévolos empresarios dispuestos a pagar una fortuna, pues esconde un increíble secreto musical. Sin duda, esa espontaneidad en la puesta en escena, con esa cámara al hombre siguiendo a los personajes por las calles, y esas interpretaciones un tanto enloquecidas, pueden surgir tanto de una preparación minuciosa como del atrevimiento de dos cineastas que se lanzaron a rodar en 16mm en otro país y en otro idioma de forma algo inconsciente. Es la prueba de que unos personajes bien interpretados inmersos en estrafalarias situaciones pueden suplir otras carencias, como es su innecesario narrador.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).