Crítica en 200 palabras (o casi): Esta es mi vida (1952)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD (origen TV).
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Esta es mi vida (Román Viñoly Barreto, 1952): Las películas protagonizadas por artistas o grupos musicales de éxito siempre tienen garantizado un mínimo de disfrute para sus fans. Y esto vale tanto para hoy en día, con productos como Bohemian Rhapsody (Briyan Singer, 2018), como para hace setenta años con vehículos como este concebido para el lucimiento exclusivo de su protagonista, Miguel de Molina. El célebre cantaor, exiliado en Argentina, monopoliza casi por entero este espectáculo folklórico-musical para gozo de sus admiradores y resignación de los que no lo son tanto. Este festín, o empacho, de su arte vocal, desplegado en una decena de actuaciones coreografiadas con gran sentido del espectáculo cinematográfico, apenas deja espacio para desarrollar una trama muy liviana donde nada importa más que él. Ni siquiera hay una trama amorosa, pues su asexuado personaje se entrega totalmente a su profesión como si de un sacerdocio se tratase, e incluso pretende ese mismo sacrificio de su bella pareja de baile. Es una bonita forma de eludir su homosexualidad, aunque poco tenga que ver el guion con su vida a pesar del título. Cinematográficamente no está mal rodada, pero el ego de Miguel de Molina es demasiado lastre para que surja algo valioso aparte de su voz.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).
Cinema Nostrum 