Crítica en 200 palabras (o casi): La rueda (1923)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD (origen VHS).
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
La rueda (La roue) (Abel Gance, 1923): Junto a su monumental Napoleón (1927), el prestigio de Abel Gance se sustenta en este drama romántico de nada menos que siete horas de duración, según la última restauración de 2019. La versión que he podido ver solo dura tres horas, lo que explica sus bruscos saltos narrativos aunque el conjunto se entienda bastante bien. A la espera de ver la versión completa para valorarla adecuadamente –espero que en Bolonia o Pordenone este año–, esta nos vale para confirmar la opinión que tenemos de este cineasta: un vanguardista de la técnica cinematográfica pero un trasnochado, ya en su época, argumentalmente hablando. Tras un espectacular accidente de tren, un ferroviario se apropia de una niña que supone huérfana. Años después, su papel de padre se tambalea ante sus deseos amorosos, compartidos también por el otro hijo, que ignora que no son hermanos realmente, y por un rico pretendiente. Sobre esa premisa se desarrolla un folletín con todas las de la ley, teñido de un romanticismo exacerbado de imposible verosimilitud, pero que en ocasiones consigue una gran altura expresiva gracias a su rítmico montaje o a sus impresionantes primeros planos. En otros momentos la puesta en escena es simplemente vulgar.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).