Crítica en 200 palabras (o casi): Aquel hombre de Tánger (1953)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD (origen TV).
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Aquel hombre de Tánger (Robert Elwyn y Luis María Delgado, 1953): Esta extraña coproducción entre España y Estados Unidos interpretada por estrellas norteamericanas de segundo orden pretende jugar la baza del exotismo para elevar un material narrativo bastante convencional. Solo su inicio, cuando su protagonista femenina, una joven acomodada pero aburrida, se suelta el pelo y se deja seducir por un misterioso hombre de negocios, parece preludiar una película romántica con cierto estilo. Sin embargo, un inesperado giro de guion a los veinte minutos echa por tierra el interés de la historia. De una posible aventura amorosa a lo Casablanca pasamos a una comedia presuntamente sofisticada de ambiente sevillano –números musicales incluidos– donde el enredo consiste en simular un matrimonio ante la aristocrática familia de la chica. A pesar de algunos personajes simpáticos –principalmente el padre interpretado por Roland Young– no hay situaciones ingeniosas o realmente hilarantes, sino una lánguida sucesión de escenas conducentes a un previsible final con moraleja incluida: el truhan resultará ser más honrado de lo que parece y la rica consentida acabará sentando la cabeza. La aparición de Sara Montiel interpretando a una mora celosa en un Tánger de cartón piedra bastante conseguido es sin duda lo único inolvidable de esta olvidable cinta.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).