Crítica en cien palabras (o casi): L’homme du large (1920)
Lugar de proyección: Teatro Verdi de Pordenone, Italia (Giornate del Cinema Muto).
Formato de proyección: 35mm.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
L’homme du large (Marcel L’Herbier, 1920): En un paraje solitario frente al mar, un matrimonio cría a sus hijos. La madre se encarga de la hija, mientras que el padre se ocupa de malcriar al hijo consintiéndole todo. Cuando crezca será muy difícil enderezarle –incluso roba a su madre–, pero la intención moralizante de la película –de Balzac, en realidad– conducirá irremediablemente a la narración hacia una salvación de tintes filosóficos-religiosos. No es en este argumento donde reside su fuerza, sino en su utilización del paisaje, del mar como agente de purificación fotografiado con un sentido estético –los tintes son aquí imprescindibles– pocas veces visto.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).