Crítica en 200 palabras (o casi): El sueño eterno (1946)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★★ (Seguro que volveré a verla).
Ahí va la crítica:
El sueño eterno (The Big Sleep) (Howard Hawks, 1946): Como la combinación Bogart-Bacall había funcionado tan bien en Tener y no tener (1944), pronto los volvieron a juntar en esta adaptación de una novela de Raymond Chandler. Sin embargo, el protagonismo de Bogart es absoluto encarnando al detective Philip Marlowe, mientras que Bacall tiene pocas escenas y ha de competir con toda una colección de mujeres atractivas que le van saliendo al paso al investigador y que, siguiendo la fantasía masculina de sus creadores, no pueden evitar insinuarse ante él. La trama es muy compleja, incluso se ha dicho siempre que ni siquiera sus autores se aclaraban sobre la identidad del asesino, pero que lo importante son las escenas consideradas individualmente. Ciertamente, son muchos los momentos brillantes en cuanto a diálogos e interpretación, y su atmósfera turbia es digna del mejor cine negro, pero a uno le gustaría poder seguir la trama con más claridad. Es un defecto imperdonable por mucho que se quieran ponderar sus otros valores cinematográficos. Y sin embargo, a pesar de la incomodidad que produce en el espectador sentirse perdido en una maraña indescifrable, narrativamente fluye de la manera más dinámica posible, llevándonos sin desmayo hacia su romántica conclusión.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)
Cinema Nostrum 