Crítica en 200 palabras (o casi): Lamb (2021)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: VOD (Filmin).
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
Lamb (Valdimar Jóhannsson, 2021): En una graja muy solitaria de Islandia vive un matrimonio aparentemente en paz. Su rebaño de ovejas les proporciona el sustento, pero un día, además, les nace un cordero muy especial que cubrirá una necesidad afectiva en la pareja: la falta de hijos. Para estar en el terreno del cine fantástico, se nos presenta con suma naturalidad la nueva situación. Solo terceras personas –el tío de la criatura y los espectadores– ven con asombro la crianza de esta quimérica criatura, pero igualmente pronto asumirán este nuevo modelo de familia. ¿Quién somos nosotros para rechazarlo? Sobre todo cuando la actitud de los personajes está perfectamente justificada con unos pocas pinceladas, pues es una película de pocos diálogos, de silencios y miradas, muy acorde con la sobria naturaleza que les rodea y que tanto invita a la contemplación. La narración, por tanto, tiene un ritmo muy pausado y preciso, que sabe crear el suspense necesario hasta el momento de la revelación. Todo lo dicho es positivo, pero también provoca expectativas que no se cumplen en su inesperado final, pues no parece que haya más intención que provocar la sorpresa, quedando diluidas las posibles lecturas que uno creía descubrir entrelíneas.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)