Crítica en 200 palabras (o casi): Baby (2020)
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★★★ (Quizá la vuelva a ver).
Ahí va la crítica:
Baby (Juanma Bajo Ulloa, 2020): Una joven drogadicta apenas puede encargarse de su bebé, así que acaba vendiéndolo. Luego se arrepiente y en su intento de recuperarlo acaba atrapada en una desvencijada casona poblada por unos seres muy extraños y desquiciados que parecen vivir de la compraventa de bebés. Bajo Ulloa vuelve al terreno del cuento simbólico, aquí en una vertiente bastante terrorífica y con una particularidad muy inesperada: carece de diálogos. La fuerza de sus imágenes y de las interpretaciones gestuales de sus actrices –no hay hombres en este mundo ficcional, al parecer– es más que suficiente, desplegando como nunca su especial talento visual y sonoro para sumergirnos en un relato tan cruel como estéticamente bello. Es una película estimulante que nos mantiene en vilo gracias a su habilidad para el manipular el espacio y el tiempo, para estirar lo indecible el suspense, y cuya dirección artística luce como pocas veces en el cine español. Sin embargo, no todo es tan sublime como parece inicialmente, porque los riesgos que asume su director no le permiten evitar situaciones algo ridículas, sobre todo en la parte final, cuando el personaje interpretado por Natalia Tena se interpone en la fuga de la protagonista.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)