Crítica en 200 palabras (o casi): ¿Por qué se frontan las patitas?
Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: DVD.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
¿Por qué se frotan las patitas? (Álvaro Begines, 2006): El distribuidor y exhibidor Enrique González Macho confió en esta película no una, sino dos veces, reestrenándola en sus cines en un infructuoso intento de encontrar el público que le era esquivo. Vista hoy en día, no me explico qué pudo ver en este flojo intento de cine musical en la estela de El otro lado de la cama (Emilio Martínez Lázaro, 2002). Pocas cosas funcionan en esta comedia de aires falsamente libertarios y feministas. Hija, madre y abuela se escapan de casa por diversos motivos que se podrían resumir en uno: insatisfacción ante la incomprensión de los hombres. Pero la libertad de la que gozan un tiempo bien pronto se sacrifica por la preservación de la unidad familiar. Hasta el okupa sin familia con el que entablan relación añora tener la suya propia. Su contradictoria propuesta además es servida sin ritmo, con sus diversas tramas mal engarzadas y aderezadas con unos números musicales bastante pobretones, sin ninguna garra. Ni siquiera el extraño título de la película parece muy adecuado para atraer al público. De este despropósito solo se salvan algunos actores, como los siempre espléndidos Antonio Dechent y Raúl Arévalo, lo que esta vez no es suficiente.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).