Crítica en cien palabras (o casi): After Life (1998)
Lugar de proyección: Sala 1 del Cine Doré (Filmoteca Española).
Formato de proyección: 35mm.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
After Life (Wandafuru raifu) (Hirokazu Kore-eda, 1998): Cuando la gente se muere debe elegir el único recuerdo con el que pasará la eternidad –el resto de su vida lo olvidarán–, lo que no es nada fácil para algunos. Ambientada en un viejo caserón y rodada de manera naturalista pese a estar en el terreno del fantástico –las entrevistas parecen de un documental–, Koreeda aprovecha la premisa argumental para hablar de seres humanos, no de fantasmas, invitándonos a reflexionar sobre nuestras propias vidas. El director japonés todavía no dominaba plenamente el ritmo de la narración, que es algo morosa, pero su fuerza emotiva resiste ese hándicap.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).