Crítica en cien palabras (o casi): El ladrón de los guantes blancos
Lugar de proyección: Sala Berlanga.
Formato de proyección: 35 mm.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
El ladrón de los guantes blancos (José González Rivero y Romualdo García de Paredes, 1926): En 1926 el cine había alcanzado en algunas cinematografías el máximo grado de madurez narrativa y perfección técnica. En España también era así pero, a juzgar por esta ignota película, en Canarias todavía no. Se trata de un folletín en toda regla, con su criminal enmascarado, su robo de joyas, el secuestro de una señorita bien y un detective intrépido que resuelve el enigma y atrapa al malhechor con métodos ciertamente inverosímiles. Su ingenuidad parece más propia de los seriales de los años diez, por lo que su visionado hoy en día solo se justifica por su curiosidad histórica.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).