Crítica en cien palabras (o casi): Quiero ser italiano (2010)
Lugar de proyección: Sala 1 del Cine Doré (Filmoteca Española).
Formato de proyección: 35 mm.
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Quiero ser italiano (L’Italien) (Olivier Baroux, 2010): Un francés de origen argelino lleva una doble vida como italiano para evitar el rechazo laboral en Francia al mismo tiempo que su familia cree que trabaja en Roma. El asunto se complica cuando su hospitalizado padre le pide que pase por él el Ramadán, cosa que no hace desde la niñez. Es una comedia demasiado amable que no molestará ni a los fanáticos religiosos. Su alegato contra la mentira y el racismo –también el interiorizado por sus víctimas– es de una ingenuidad alarmante, pero más lamentable es su escasa gracia y su previsible e insustancial conclusión.
Criterio de valoración: ★ (Espero no volver a verla) ★★ (Podría volver a verla) ★★★ (Quizá la vuelva a ver) ★★★★ (Seguro que volveré a verla) ★★★★★ (La veré varias veces).
¿Practicar el Ramadán un niño? ¿Ha visto la película? ¿Ve más allá de su ombligo? Otro ignorante… no sigo leyendo.
Usted sí que parece no haberla visto. Bien claro lo dice el protagonista. Y que un niño practique el Ramadán no es raro, no es obligación pero sí costumbre en muchas familias para acostumbrarlos.