Crítica en 200 palabras (o casi): Los últimos días de Pompeya

Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: VOD (Giornate del Cinema Muto di Pordenone).
Valoración: ★ (Espero no volver a verla).
Ahí va la crítica:
Los últimos días de Pompeya (Gli ultimi giorni di Pompei) (Eleuterio Rodolfi, 1913): A pesar de su antigüedad, no es la primera adaptación que se hizo de la famosa novela de Edward George Bulwer-Lytton, pero sí como largometraje junto a otra del mismo año. Todavía estamos en una época en la que la cámara permanece estática frente a decorados iluminados por el sol por los que transitan personajes muy esquemáticos gesticulando lo indecible mientras que los intertítulos nos van explicando lo que vamos a ver a continuación. Es decir, es un cine primitivo que todavía no domina el lenguaje cinematográfico que poco después florecería completamente, pero sí tiene un gran sentido del espectáculo. A sus espectadores debió emocionarles ver tantas personas vestidas de romanos en decorados tan grandes para la época, además de disfrutar de unos efectos especiales que, aunque ahora nos parezcan ingenuos, fueron eficaces para poner en escena la famosa erupción del Vesubio. El drama de una ciega enamorada del hombre que la salva de la esclavitud para luego traicionarlo por celos es bastante menos estimulante por su convencionalismo. Sinceramente, es una película demasiado primitiva y lenta como para que se pueda disfrutar realmente de ella. Su parsimonia provoca que la tentación de verla a doble velocidad sea bastante irresistible.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)


