Crítica en 200 palabras (o casi): Conan, el destructor (1984)

Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.
Formato de proyección: Blu-ray.
Valoración: ★★ (Podría volver a verla).
Ahí va la crítica:
Conan, el destructor (Conan the Destroyer) (Richard Fleischer, 1984): Conan no es un personaje muy profundo, pero en esta secuela de Conan, el bárbaro (John Milius, 1982) los guionistas se las arreglaron para infantilizarlo y dejarlo todavía más superficial de lo que era. Sin duda, los productores buscaban ampliar el público potencial ofreciendo una aventura de espada y brujería menos oscura que la anterior. Rodeado de nuevos personajes que arropan al héroe –pero no aportan nada sustancial desde el punto de vista dramático–, Conan acepta una misión para conseguir una joya que custodia un brujo y con la que podrán, a su vez, conseguir un cuerno que despierte a un dios, etc., etc., solo porque la villana le promete resucitar a Valeria. Esta sucesión de escenarios, peleas y trucos de brujería demuestran que la acumulación de acciones puede ser contraproducente si no hay un poco de ingenio en su resolución. Además, se introducen elementos cómicos demasiado tontos y, por tanto, difíciles de interpretar para actores tan limitados como Schwarzenegger. Siendo casi tan cara como la primera, tiene cierto aire a serie B que no le va mal del todo. Seguramente su director era ya demasiado veterano como para insuflar mayor brío a un producto simpático, pese a todo.
Criterio de valoración:
● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)


