Cinema Nostrum

Blog de Rafael Nieto Jiménez, historiador del cine y empresario audiovisual

Crítica en 200 palabras (o casi): Naranjas salvajes (1924)

Lugar de proyección: mi hogar, dulce hogar.

Formato de proyección: DVD.

Valoración: ★★ (Podría volver a verla).

Ahí va la crítica:

Naranjas salvajes (Wild Oranges) (King Vidor, 1924): Un hombre pierde a su mujer en un accidente y decide no volver a enamorarse por miedo a sufrir. Pero claro, luego se encuentra con una bella damisela en apuros y volverá suceder lo inevitable en estos casos. Lo singular de este drama amoroso es que la susodicha vive aislada con su abuelo en un caserón destartalado en medio de un pantano. Nunca ha salido de allí, así que tampoco es raro que se enamore del guapo protagonista que, además, viaja en velero. Para dificultar el idilio se introduce en el guion a un psicópata asesino buscado por la justicia pero que inicialmente parece solamente el único vecino de la chica. No se entiende que, siendo acosada por él y sabiendo que es buscado por la justicia, se resigne a tener tratos con él, pero bueno, lo importante no es tanto el argumento como el extraño paisaje en el que se desarrolla, entre siniestro y romántico. Con tan pocos y esquemáticos personajes, Vidor consigue una película de bajo coste bastante dinámica, pero muy lejos de la sincera emotividad de sus grandes obras, como El gran desfile (1925) que hará al año siguiente con un presupuesto mucho mayor.

Criterio de valoración:

● (No debería haberla visto)
★ (Espero no volver a verla)
★★ (Podría volver a verla)
★★★ (Quizá la vuelva a ver)
★★★★ (Seguro que volveré a verla)
★★★★★ (La veré varias veces)

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